· ¿De vuelta?

Os pido disculpas por este tiempo de ausencia, aunque, quizás nunca me fui del todo.

Me sorprendo a mí misma, tras estas semanas tan agitadas, de adoptar esas decisiones que te cambian la vida de la noche a la mañana, de "coger al toro por los cuernos" y de tomar las riendas de mi vida, acabo una noche, sentada en el sofá, dándome cuenta de lo sola que me siento... y de lo mucho que te sigo necesitando.

En alguna ocasión he entrado en el diario pero me faltaban fuerzas para asumir que sigo atrapada en el pasado; con un lavado de cara, pero a fin de cuentas, siendo la misma mujer que sueña con unos besos y unas caricias añejas... Y que no termina de aceptar la realidad...

Mi vida está vacía. ¿Por qué seguir luchando? ¿Por quién seguir luchando? Para qué seguir... ¿Por mí? La persona se reduce a todas las pequeñas o grandes cosas que la hacen serlo, que aportan sentido a su existencia, que la caracterizan y definen... Mis grandes cosas se hundieron, mejor ni hablar de las pequeñas, inexistentes: ni ilusión, ni proyectos, ni confianza, ni "respiro"..... Soledad, es lo único que encuentro entre mis pertenencias. Y situaciones, demasiadas, de las que me está costando ver la salida. Cada día me es más difícil o me resulta más perezoso levantarme y adoptar el papel que la rutina me tiene guardado.

Ya ni la lucha social me implica. Sí, la precariedad, la intolerancia, el acceso a la vivienda, los derechos humanos, la violencia hacia las mujeres, la explotación, la globalización, el medio ambiente... Y, ¿yo? ...

Durante un tiempo me volqué en esas luchas no solo porque me sentía en el deber, he de reconocer que también para buscar un sentido a mi vida ante tu ausencia. Pero, terminas dándote cuenta que hasta esa lucha tuve que dejar porque también flaqueaban las fuerzas y, centré la lucha en mí misma.

No obtuve resultados...

No quería entrar y volver a empezar desde el principio... pero hay cosas que escapan de ser controladas, como los sentimientos, como el recuerdo, como el impulso...

No he vuelto. Ahora comprendí que nunca me fui y que sigo en un punto, o dos, detrás del que me encontraba antes de iniciar la aventura de vivir mi propia vida, es decir, inmersa en el mar de tu olvido, cada vez más extenso y profundo; cada vez más azul y doloroso...

Una mala continuación, sin duda...