· Nadie muere por amor... O, ¿sí?
Después de haber estado una semana, casi, en cama, no sé si por la fiebre, no sé si por el tiempo que ya pasó desde aquel día de mayo en el que nuestros destinos comenzaran a separarse -y yo empezara a descubrir tantas verdades... y a despejar tantas dudas-, o tal vez porque, aun a pesar de la voluntad, todo acaba transformándose en un recuerdo, más o menos doloroso, más o menos cruel..., hoy, siento que me cuesta menos respirar tu ausencia.
Es mi tercer intento de incorporación a la vida social; sin duda la racha no acaba de terminar. Pero, hoy, siento que tengo las fuerzas necesarias para que esta vez, perdure.
No voy a preocuparme del mañana... No como antes, hasta mi última recaída, hacía. Si algo estoy aprendiendo desde que mis defensas alzaran su bandera blanca es a apreciar cada minuto que la vida me brinda, esté abatida o con ganas de salir fuera y gritarle al mundo que sigo siendo yo, con mi dolor, con mi corazón ajado, pero un torbellino de ilusión, llena de proyectos, y que la soledad, por más buscada que sea, nunca podrá conmigo...
Y a vivir sin ti.
Hoy, he comenzado una nueva etapa en mi vida. Una etapa que presumía tener y, duele reconocer, no tenía... He comenzado la etapa de la madurez: madurez para afrontar mis problemas y buscar soluciones; madurez para asumir mi enfermedad; madurez para mostrarme a mí misma que puedo abordar mis proyectos de futuro; madurez para aceptar que tienes una vida nueva y eres feliz en ella...
Madurez para quererme y, para poner cada cosa en su sitio: a mí, de nuevo en la vida. A ti, guardarte definitivamente en ese rincón especial de la memoria -y del corazón- y tratarte como a un amigo..., en mis pensamientos, en las conversaciones que podamos mantener, en la soledad de mi dolor...
Hoy, es el primer día del resto de mi vida..., porque, nadie se muere por amor..., o, ¿tal vez,
Es mi tercer intento de incorporación a la vida social; sin duda la racha no acaba de terminar. Pero, hoy, siento que tengo las fuerzas necesarias para que esta vez, perdure.
No voy a preocuparme del mañana... No como antes, hasta mi última recaída, hacía. Si algo estoy aprendiendo desde que mis defensas alzaran su bandera blanca es a apreciar cada minuto que la vida me brinda, esté abatida o con ganas de salir fuera y gritarle al mundo que sigo siendo yo, con mi dolor, con mi corazón ajado, pero un torbellino de ilusión, llena de proyectos, y que la soledad, por más buscada que sea, nunca podrá conmigo...
Y a vivir sin ti.
Hoy, he comenzado una nueva etapa en mi vida. Una etapa que presumía tener y, duele reconocer, no tenía... He comenzado la etapa de la madurez: madurez para afrontar mis problemas y buscar soluciones; madurez para asumir mi enfermedad; madurez para mostrarme a mí misma que puedo abordar mis proyectos de futuro; madurez para aceptar que tienes una vida nueva y eres feliz en ella...
Madurez para quererme y, para poner cada cosa en su sitio: a mí, de nuevo en la vida. A ti, guardarte definitivamente en ese rincón especial de la memoria -y del corazón- y tratarte como a un amigo..., en mis pensamientos, en las conversaciones que podamos mantener, en la soledad de mi dolor...
Hoy, es el primer día del resto de mi vida..., porque, nadie se muere por amor..., o, ¿tal vez,
1 comentario :
yo creo que si se muere por amor, pero esa muerte mas que por amor es por la soledad, por la falta de ese amor, hay muchos casos en que personas ancianas cuando pierden a su amor de toda la vida se dejan morir, y esa muerte es por la soledad, por la falta de amor. espero que puedas volver a tener una vida y tratar de dejar al pasado como lo que es el pasado. suerte en tu nueva vida!!!
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